PRIMERA PARTE DE LA SÍNTESIS DE LA PELÍCULA EN NOMBRE DE LA ROSA

El día 24 de marzo del presente año realizamos una actividad académica correspondiente a la unidad de aprendizaje: Argumentación jurídica, la cual consistió en analizar la película “El nombre de la rosa”, la misma se desprende del homónimo libro escrito por Umberto Eco publicado en 1980.

La película dirigida por Jean-Jacques Annaud comienza con la aparición de un muerto en un monasterio medieval (abadía de la Orden de San Benito en Italia).

Para investigar el caso (la muerte) la Santa Inquisición envía a un hombre, Guillermo de Baskerville (Sean Connery), antiguo inquisidor, que posee una inteligencia y perspicacia que no concuerda con la humildad de un buen franciscano, pero es precisamente por pensadores de la época como Roger Bacon y Guillermo de Ockham, promotores de la ciencia y el razonamiento lógico como un don divino, y a su ayudante, Adso de Melk (Christian Slater).

Guillermo y su ayudante van investigando y al mismo tiempo van apareciendo otros muertos y esto provoca que los monjes se alteren y comiencen a atribuir las muertes a diferentes profecías relacionadas con el diablo, ya que todos los muertos aparecen con las mismas características (la lengua negra, manchas de tinta en los dedos y tras haber estado en la biblioteca).

Guillermo quiere acceder a la biblioteca pero nadie lo deja entrar a ésta, ya que para los monjes es un sitio de estudio y tranquilidad, prohibido a todos aquellos ajenos al monasterio.

En la cinta, se observa un ríspido diálogo protagonizado por Jorge de Burgos y Guillermo de Baskerville, donde precisamente este último ejemplifica cómo algunos santos apelaban a la risa para burlarse de los infieles (algunos libros considerados como “prohibidos”, tal es el caso de "Poética", escrito por Aristóteles), mientras que el anciano y ciego monje de Burgos sostiene que ello no es, sino la puerta abierta para el pecado y que dichas risas representan al mismo dominio y además afirma que el libro podría incitar a los hombres a perder el miedo al infierno y no necesitar a Dios; este tipo de conocimiento aparece como un delito para la Iglesia Católica. 

Fuera de la religión, no se permitía la libertad de pensamiento. Sólo la compostura y el más estricto cumplimiento de “La Regla” eran permitidos.

Guillermo comienza a sospechar que la causa no sea un libro maldito, sino un libro escrito con tinta envenenada.

La llegada del inquisidor a la abadía complica el actuar de Guillermo, en primer lugar por el pasado entre ambos (Guillermo tenía una especie de trauma por lo ocurrido cuando él era inquisidor) y en segundo, porque los mismos monjes de la abadía obstaculizaban su indagación, ello por esconder cosas perversas hechas en el monasterio: como relaciones íntimas entre lo mismo monjes, así como con personas con alguna discapacidad (ejemplo la mujer que es condenada a la muerte por ser según, bruja).

En plena discusión entre: el Sacro Imperio del Papa Juan XXII de herético, y los frailes de la vida pobre, representados por la orden de San Francisco -orden franciscana-, la cual lleva ya algunas décadas de haber sido “reconocida”, pero que atentaba —según el pontífice— contra los intereses de la Iglesia Católica, pues sostiene que los apóstoles y Cristo jamás poseyeron nada ni en común ni en uso, lo cual es precisamente el asunto a dirimirse durante el encuentro de la Legación Papal y la joven orden franciscana. En el fondo, lo que le preocupa a la alta curia no que se sepa si Jesús fue pobre o no, en todo caso, la angustia nace de la idea que pueda gestarse entre los fieles sobre si debe ser pobre o no la Iglesia Católica. En caso afirmativo, la influencia y poder que ha ostentado peligrarían; uno de los monjes que brindaba ayuda a Guillermo encuentra el libro prohibido e informa a Guillermo de tal situación, él no podía salir a ver lo que el moje le estaba comentando por estar llevándose a cabo la discusión transcendental y le pide que regrese a resguardase porque su vida corría peligro que el iría a verlo al terminar dicha reunión.